El interés por la sexualidad en esta edad es auténtica, pero sobre todo no quiere mostrarlo, ni reconocerlo, por este motivo pone cara de asco (entre los 6 y7 años) ante dos personas que se abrazan o se besan. Esto no impide que realice pequeñas reflexiones, descubriendo el pudor y el interés por algunos juegos íntimos con los compañeros de su edad.

El niño no soporta mostrarse desnudo ni ver a sus padres desnudos, sus relaciones con ellos se vuelven por momentos más reservadas y menos espontáneas. En donde los padres deben respetar esta intimidad mental, física, el pudor del cuerpo y el de sus sentimientos. Deben hacer comprender a sus hijos que las relaciones sexuales no sirven únicamente para la reproducción, y que el respeto por el cuerpo es esencial en ellos y el de los demás.

 

Pequeños juegos íntimos entre dos

Dentro de la curiosidad sexual de un niño se ven involucrados varios aspectos como son: la emoción, prohibición, el descubrimiento del cuerpo del otro y de las miles sensaciones nuevas que permiten imaginar un porvenir claro.

Entre los 6 y 10 años el niño siente curiosidad por el sexo opuesto y para conocerse mejor busca a alguien cercano, como sus primos, amigos y en ocasiones hermanos. Entre los 8 y 12 años tienen un cambio radical, comienza integrar varios conceptos y reflexiones que antes no percibía, integra el tabú del incesto (relaciones entre familia), pero al mismo tiempo no está preparado para preocuparse por sus eventuales amoríos y menos aún por su vida sexual. Haciendo que toda esta vida sexual se vaya integrando y se desarrolle en secreto.

Vista desde fuera, la sexualidad del niño puede parecer perversa a los ojos de los adultos, por eso es preciso ver la sexualidad del niño con sus propios ojos, los mismos que los de un explorador, que aprende poco a poco a conocerse gracias a experiencias y a los límites marcados por los adultos. En los preadolescentes esta sexualidad es difusa y no es hasta la adolescencia que tienen ya un concepto claro de su sexualidad.

¿Qué se puede hacer?

Hay que ser muy hábiles para advertirles con firmeza pero con respeto, para que el niño no asocie la sexualidad a cualquier cosa sucia, escabrosa o prohibida.

Si los dos niños duermen en la misma cama y aparentemente se la están pasando muy bien, los padres deben reaccionar sin enfadarse: se les debe cuestionar ¿Qué están haciendo?, si la respuesta del niño es confusa, se sabrá lo que verdaderamente está pasando, entonces se les dirá de manera más franca; “no deben hacer eso y sobre todo entre hermanos, primos etc.” Y comentar que al siguiente día se les hablara más tranquilamente. Al día siguiente se les explica que es comprensible que se sientan atraídos el uno del otro, pero eso no hay que hacerlo (si hubo carisias más serias o utilización de objetos aclarar el riesgo de un daño) y que estos gestos son muy íntimos por los cuales pasaran más adelante y sean mayores.

Cosas que deben evitarse

No hay que dramatizar por el hecho de que entre hermanos se besen en la boca, es suficiente con marcar los límites de contacto entre ellos. No ser demasiado consentidor con el comportamiento del niño ya que lo puede tomar como una aprobación y no tendrá ningún motivo para dejar de hacer estos encuentros. No inquietarse demasiado si su niño muestra movimientos masturbatorios a la hora de dormir, ya que son inicios de su sexualidad y es natural.

El mostrarse desnudos

 

A medida que surge su pudor, la desnudez le parece menos natural, cada vez hay menos contacto en el baño e incluso en la cama con su padre o su madre.

Comienza integrando la noción de persona y de intimidad, comprende las defensas y prohibiciones que rodean la sexualidad. Capta la noción de identidad propia y de respeto, a partir de esta nueva etapa de su desarrollo psicológico muestra de forma notoria su incomodidad delante de la desnudez, ya sea materna o paterna.

¿Qué se puede hacer?

Entre los 7 y 8 años se debe establecer un pudor familiar, pues después de todo, la gente no va desnuda por la calle, por tanto hay que incluir esto en el niño. Hay que enseñar al niño que puede estar desnudo; en su habitación, en el baño, pero no en lugares públicos (escuela). Hacia los 11 y 12 años es necesario tener más cuidado con mostrarse desnudos, ya que es el despertar de la sexualidad, por lo que se hace más necesario ponerse una bata, o algo que cubra el cuerpo en presencia del niño.

¿Y si nos sorprenden haciendo el amor?

Todos los niños se imaginan (inconscientemente) que sus padres hacen el amor, entonces el verdadero impacto surge del encuentro de esa fantasía y la realidad, cuando se enfrentan a ello. Los padres se sienten culpables y suelen exagerar las consecuencias de la situación.

¿Qué se puede hacer?

En el caso de los pequeños hay que suavizar con palabras el impacto de la escena y en caso de los mayores admitir y explicar, sin evadir (acto natural). No dramatizar demasiado. Tomar ciertas precauciones como; echar llave, para que la puerta permanezca cerrada de modo que el límite de intimidad este presente, los niños no tiene por qué saber lo que está pasando, conviene encerrarse de vez en cuando en pareja, simplemente para discutir o estar juntos, así el niño se acostumbrara a ver a los padres juntos, sin que pensar necesariamente “que lo están haciendo”.

Cosas que deben evitarse

Es inútil regañarle, echarle la culpa, en cambio al día siguiente explicarle y marcarle los limites cuando la puerta de la recamara este cerrada (en ocasiones tu padre y yo tendremos que estar solos).

En ocasiones al ver la televisión en familia, pueden aparecer escenas de amor por lo que es conveniente preguntarle al niño si se siente incómodo ante esta situación, si el niño dice que no pueden verla juntos, por el contrario decirle al niño que se tape los ojos o que le cambie si es necesario, poco a poco hacer consiente al niño de su sexualidad.

 

Su primera menstruación

Por lo general a los 9 y 10 años, hay una trasformación en el cuerpo femenino (la pelvis se ensancha, los pechos comienzan a desarrollarse, y la aparición de vello púbico). Entonces la menstruación es un tema complicado y corresponde a una etapa de la niñez intermedia, siendo esta etapa determinante en la maduración de los órganos genitales (ovarios, trompas, útero) donde la madre será testigo de un cambio enorme de su hija, que gracias a estos ciclos los óvulos se vuelven plenamente funcionales, es decir responsables de los embarazos claro está teniendo relaciones sexuales sin protección. En ocasiones si los padres viven juntos el papel del padre será reservado ya que la niña se sentirá más apegada a la madre.

¿Qué se puede hacer?

Para hablar con claridad y tranquilidad es necesario que la madre y la hija estén juntas, sin que nadie las moleste, dedicarle la mayor atención posible. Hay que sentirse cómoda y responder todas las dudas que la niña tenga, conviene explicarle el significado de la ovulación y los ciclos (aunque esto no es tan urgente). Explicarle que la menstruación o la regla viene acompañada de pequeños dolores abdominales (por las contracciones uterinas), sangrara en pequeñas cantidades nunca será en litros, la posibilidad de utilizar toallas sanitarias o tampones, (de este último se tiene la creencia de que les hace daño o que se puede perder la virginidad), pero a veces a las niñas se les hace más practico la utilización de toallas sanitarias.

Cosas que deben evitarse

Ante todo la discreción, no andar gritando a los cuatro vientos la intimidad de la niña, aunque es muy normal esto puede incomodarla.

 

 

 

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Carrera de Psicología

Psicología Educativa 4° Semestre

 

Psicólogos:

Cervantes Castillo Belem

Ponce Maya Claudia

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Sánchez González Eliseo

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Asesora:

Maestra: Gloria Moreno Baena

 

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