En la vida del niño el colegio ocupa un lugar esencial, porque es allí donde el niño adquiere sus amistades, se somete a los reglamentos, aprende a ser autónomo e independiente, hace “sus mejores amigos”, se enfrenta a sus ocasionales enemigos y en ocasiones se llega a enamorar. En la escuela al ser observado y evaluado el infante adquiere una cierta imagen de sí mismo, su autoconfianza puede ser modificada o reforzada.

A ustedes como padres sabemos que les preocupa los resultados escolares de sus hijos, pero antes que nada se tiene que tener presente que la escuela es objeto de conflictos, de negociaciones y de compromisos; tanto con el profesor como con el niño. Es permitido que ustedes como padres quieran hacer un pacto con sus hijos, ustedes les brinden afecto, cuidados y una seguridad material, esperaran en su hijo como resultado ya no ser el primero en la clase, sino para dar lo mejor de sí mismo. Y es importante insistir en este esfuerzo porque, entre los 6 y los 12 años, el niño prefiere divertirse.

Otra cosa que como padres tiene que tener en cuenta es que el niño todavía no se percata de que su escolaridad es un largo y laborioso recorrido, ni anticipa todavía las consecuencias de su despreocupación. Por otro lado si todo el mundo se queja de él, es porque hay un problema y si el niño es el motivo de discusión es preciso comprender por qué y ayudarle.

No quiere ir a la escuela

No quiere ir a la escuela el niño, todos los pretextos le parecen buenos para no ir a clase; se queja de dolor de cabeza, de dolor de vientre. Unas de las preguntas más comunes que ustedes como padres se formularan es: ¿por qué muestra resistencia al asistir a clases?, ¿será perezoso?, ¿en verdad le duele algo?, ustedes deberán identificar el por que el niño se muestra renuente al ir a la escuela, falta de atención por parte del profesor, algún grupo rival que quiera pelearse con él, puede que al asistir al colegio le resulte un calvario o que en verdad le duela algo. Por eso es importante que ustedes como padres identifiquen el verdadero problema, pues todos los niños se niegan tarde o temprano a ir a clases, es tan normal y comprensible, es por eso que hay que hacerle caso a las señales o síntomas que el niño presente en su cambio de comportamiento.

¿Qué se puede hacer?

Tener un buen control sobre la situación del porque el niño se niega a ir, explicarle al niño el porque debe ir, no puede dejar de ir en función de sus estados de ánimo pero, si tiene poderosas razones para abstenerse, decirle que debe exponerlas con toda la confianza. Ponerle un ejemplo “yo no puedo faltar a mi trabajo cada vez que no me encuentro bien, por tanto tú también debes hacer un esfuerzo e ir al colegio; por la tarde hablaremos”.

Todos los niños tienen algún día tendrán miedo a ir a la escuela, este miedo es natural y con frecuencia pasajero. Si su hijo llegase a tener conflictos con otro compañero es común que se resista a ir por temor, lo más recomendable es hablar con el profesor para que él tome cartas en el asunto.

Lo que no se debe hacer

Ustedes como madres no deberán decirle que se sienten decepcionados porque es poco valiente, pues eso puede entristecerlo y hacer que se sienta culpable, deberá ser todo lo contrario, la confianza y la ayuda de ustedes como sus padres lo estimularan a resolver sus temores. Hay que felicitarle cuando llega a superarlos.

Cómo reaccionar ante las malas notas

Si su hijo regresa a casa con unas notas bastante bajas, cuando usted cree que estudia bastante, tiene que tener en cuenta que sus notas son el único indicio tangible. El niño al obtener bajas notas a parte de sentirse mal y humillado, puede pensar que sus padres lo querrán menos si no responde a la imagen del buen alumno aplicado que solía ser. Para un niño en especial en la Primaria una mala nota es para ellos el fin del mundo.

¿Qué se puede hacer?

Papás es necesario hacer el énfasis en que los castigos son a veces eficaces, pero en casos excepcionales. Si de por si una mala nota es ya por sí una sanción, sobre todo lo que el niño necesita es apoyo y ánimos para que se esfuerce y consiga mejores notas. No recurrir a los golpes, es importante tener cuidado con la expresión que usted llegase a mostrar frente al niño por sus malos resultados, pues esto hace que el niño sienta tristeza de no hacer felices a sus padres como respuesta a su dedicación.

Lo que se debe hacer

Es primordial utilizar las recompensas prometidas, para que mejorar la situación. Es más recomendable ofrecer a los más desmotivados un regalo o actividades extraescolares excepcionales. Lo ideal es que el niño reciba de parte de ustedes sus padres una señal de satisfacción.

Va muy mal en ortografía

El niño saca ceros en dictado o trae sus trabajos llenos de falta de ortografía. Se preguntara: ¿es un problema de atención, falta de trabajo, una dificultad más grave, acaso necesita la intervención de un logopeda?

Si el niño tiene un progreso, porque ha pasado de treinta faltas de ortografía a diez es necesario que se le felicite y que se le siga motivando para que mejore, no sermonearlo, él esta haciendo el intento.

Recursos del logopeda:

El logopeda suministra su tratamiento en: los trastornos del desarrollo del lenguaje, de la articulación, de fluidez y de ritmo, del habla, de la audición, trastornos neurológicos, de la voz, del lenguaje lecto-escrito, y de la comunicación asociados a autismo, deficiencia mental, parálisis cerebral, etc.

  ¿Qué se puede hacer?

Para sensibilizar a su hijo con relación a la ortografía, primero tiene que aprender a jugar con la lengua y con las palabras; frases absurdas, chistes, palabras cruzadas, palabras ocultas, anagramas ( roma - amor - omar - mora – ramo, roldán – ladrón , monja – jamón , lámina – animal), todo sirve para ayudarle a progresar.

Otro truco que funciona y puede emplear consiste en encontrar los errores en los menús de los restaurantes, en carteles, anuncios. Así su hijo se sentirá valorado, pues es él quien se da cuenta de las faltas cometidas por los adultos. También puede leer y seguir las letras de sus canciones favoritas. Animarle a escribir cartas: así se dará cuenta poco a poco de que la escritura es indispensable para comunicarse y hacerse comprender.

Errores que deben evitarse

Los dictados no son muy apropiados, pues si el niño aun no ha adquirido la capacidad para escribir correctamente solo servirá el ejercicio para evidenciarlo.

Lo más recomendable es que el niño lea textos, después, indicarle los errores cometidos sin contarlos, si el niño se corrige por él mismo, se sentirá plenamente gratificado y no volverá a tener la sensación de haber cometido una falta.

¿Hay que ayudarle a hacer los deberes?

El objetivo es ayudar al niño a ser autónomo y a arreglárselas solo.

El papel de ustedes como sus padres no debe sustituir a los profesores (a cada uno su oficio), sino más bien ayudar al niño a adquirir ciertos mecanismos de reflexión.

¿Qué se puede hacer?

Ayudar a su hijo, por supuesto, pero sin hacer su trabajo por él. Son sus deberes, no el de sus padres. Hay que enseñarle a crear un contexto favorable para la concentración: televisión y tocadiscos apagados, mesa despejada.

Errores que deben evitarse

El mayor y general problema de todos los padres es el de perder la paciencia porque el mal estudiante que tiene por hijo sabotea el trabajo o no comprende nada de lo que se le pide. Mantener la calma en todo momento. No hay que aferrarse sólo a las buenas notas de su hijo. El objetivo es que el niño adquiera conocimientos, así como los mecanismos de defensa y de razonamiento que sabrá aplicar en todas las situaciones equivalentes.

Finalmente, no hay que ceder nunca al chantaje afectivo del tipo: “si tú nos quisieras verdaderamente, trabajarías mejor”. Si se actúa así, el aprendizaje escolar sería como un mercado donde el niño podría conseguir afecto a cambio de su éxito o de una inversión escolar acumulada, pero esto significaría también que, en caso de malas notas, sus padres ya no le querrían, lo que le resultaría insoportable y le culparía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Carrera de Psicología

Psicología Educativa 4° Semestre

 

Psicólogos:

Cervantes Castillo Belem

Ponce Maya Claudia

Romero Briones Gabriela

Sánchez González Eliseo

Segura López Jocelyn

 

Asesora:

Maestra: Gloria Moreno Baena

 

Webmaster y Diseño:

Sánchez González Eliseo

 

www.unam.mx

www.zaragoza.unam.mx